Hay actos de las hermandades que no salen tanto en los medios, ni en las redes sociales, sin embargo, tienen más importancia que otros eventos más mediáticos y sus fines son más enriquecedores. Hablo, por ejemplo, de la gala del Olivo de Plata organizada por la Hermandad de la Redención, cuyos objetivos son los de premiar a una institución o merecido cofrade.

Este año se ha celebrado la XIII edición de este cada vez, más reconocido premio, que se le concedió a Francisco Carrera Iglesias, Paquili. Galardón muy merecido por varias razones: su labor como bordador, diseñador de alta costura y de bordados, su trabajo en el gremio de los artesanos y su lucha con gran ilusión e impetu por Sevilla en los distintos ámbitos.

Otro de los objetivos de dicha gala es la solidaridad, pues todos los donativos de la misma y del ágape van íntegros a una asociación, en esta ocasión fue destinada a ETC, dedicada apaliar los efectos del tratamiento del cáncer infantil, pues como ellos dicen el cáncer les ha robado la infancia, que no les robe la vida. Realizan talleres a nivel cognitivo, psicoterapéuticos, de habilidades sociales, entre otros que favorecen la superación de los efectos secundarios.

El acto fue precioso, además de escuchar la voz de esta asociación, de saeta, coplas y música, también estuvo presente la voz valiente de un muchacho con TEA, quien comunicó la labor de la asociación Autismo Sevilla, de sus talleres y los trabajos que realizan, pues la próxima edición estará dedicada a ellos.

Sus palabras fueron valientes y desenfadadas e hicieron un llamamiento, a su vez, a las hermandades, indicando que muchos autistas son cofrades y que ellos necesitan determinadas condiciones a tener en cuenta; y es verdad, nuestra Semana Santa debe ser inclusiva y ayudar a determinadas situaciones personales de los hermanos.

El hermano mayor tomó el testigo y señaló que además de los talleres que se están realizando en priostía con ellos, se iba a tener en cuenta dicha petición en un futuro.