Segunda jornada de Simof 2017

Simof, el escaparate más original

Simof, el escaparate más original

Simof, el escaparate más original

El despertar del segundo día de Simof vino de la mano de las agujas más jóvenes. Sobre las tablas del nuevo auditorio Fibes, ya estrenadas por los volantes, doce diseñadores noveles mostraros sus destrezas con los patrones. Quedó como ganador el gaditano José Raposo por ‘Susurros’, por lo que en 2018 presentará colección como profesional.

La tarde la abrió una revolucionaria y visionaria de la moda flamenca: Aurora Gaviño. Con la maestría que le caracteriza al mezclar estampados y tejidos llevó al público de Simof a San Petersburgo, con su colección ‘Las Zíngaras del Hermitage’. Tal y como asegura la diseñadora, se ha inspirado “en el sentir nómada de las zíngaras como metáfora del origen del verdadero sentir flamenco”. El folclore, las matrioskas, y los jardines del museo del Hermitage tienen cabida en sus flamencas vestidas con cortes desiguales, talles bajos, ajustados y con la fusión de tejidos rusos y españoles.

Como novedad, las modelos lucieron falda-pantalón de talle alto; y para completar el aire zíngaro que envuelve a las flamencas, Aurora Gaviño se ha aliado con la firma Lenaná y han diseñado complementos a la altura de la colección: Tiaras, peinecillos en dorado, detalles de fantasía, coloridos y bordados a mano. Sin duda, hay que verlo.

El segundo pase de la tarde fue de la mano de la diseñadora de San Fernando Verónica de la Vega. Encargada de vestir a su paisana Niña Pastori para su disco ‘Raíz’, en esta edición de Simof ha querido seguir dándole cariño a su tierra con su colección ‘La leyenda del tiempo’. En esta nueva inclusión flamenca De la Vega trajo grabado en cada lunar su ADN del sur. Al igual que Camarón de la Isla fusionó la esencia del flamenco con nuevos instrumentos y sonidos en el disco que le da nombre a la colección, esta diseñadora mezcla los cortes tradicionales con guiños más cosmopolitas. A través de sus volantes rinde homenaje al 25 aniversario de este trabajo hito en el mundo del flamenco.

‘Anhelo flamenco’ versaba la propuesta de Isabel de Vargas, la sevillana que apostó en las asimetrías en los patrones casi siempre en popelines de algodón y una amplia gama de colores. Los complementos tenían cierto aire flamenco-vintage, una corriente que se puede decir que ya es tendencia en esta primavera.

Amparo Pardal contó una historia en su desfile, en concreto la de Anita Delgado, la bailarina malagueña que en 1913 se casó con el Marahá de Kapurthala. Bajo el nombre ‘La Maharaní de Kapurthala’, la diseñadora transmite la personalidad de su protagonista que fusionó en su vida lo flamenco, lo hindú y lo parisino. Formas femeninas, sinuosas, donde no faltan encajes y pedrerías. De casta le viene al galgo, por lo que en su propuesta se pudieron ver fantásticos trabajos bordados a mano en seda.

La tridimensionalidad y las transparencias de la colección de Ana Morón sorprendieron a todos los asistentes. En su colección ‘Volare’ esta diseñadora sevillana moderniza el estándar de las flamencas y crea una silueta más contemporánea. Las modelos caminaban con volantes llenos de vida por su gran movimiento, y es que Morón ya es conocida sobre la pasarela por su arte creando imposibles cortes y costuras. Los tejidos que elige van desde nobles gasas, satenes y algodones a tejidos tecnológicos como neopreno o polipiel. Blancos, verdes agua, azules, corales y dorados acompañados de abundantes flecos.

La firma Arte y compás llenó de flores la pasarela. Su colección ‘Flores a la vida’ fue toda una declaración de intenciones a la alegría, a la primavera y a la forma de ser de nuestra tierra. “Porque la vida hay que vivirla y sentirla, y para todas aquellas personas que luchan por alguna cosa hay que darle Flores a la vida”, describe la diseñadora de Pilas. Trajes de neas y faldas canasteras con volumen combinando el negro con colores vivos. Más tarde llegó el turno de María Ramírez Flamencas y sus flamencas inspiradas en Sissi Emperatriz. Una colección muy romántica. Como curiosidad, la diseñadora cuenta que la inspiración viene influenciada por los salones del Círculo de la Amistad de Córdoba. Trajes de flamenca con líneas muy femeninas y cagados de volumen “pero con mucho tul para que no pesen”, algo que las mujeres agradecerán sobre el Real.

El granadino Antonio Gutiérrez subió a las Flappers a la pasarela Simof. Esas mujeres de los años veinte que luchaban, predicaban y actuaban por el cambio, responsables de la liberación de la mujer en muchos ámbitos, sensuales y seguras de sí mismas. Fueron clave en su colección los diseños tipo blusa, ciñiendo las prendas a la cintura y la cadera para luego dar rienda suelta al volumen en los volantes. Blanco, negro, dorado con sombrerería y perlas como atrezzo.

El último desfile de la noche lo protagonizó la esperada Cristina García con su colección ‘Mi Dolores’, la historia de un amor de los de antes, de los que duran para siempre. Con su propuesta quiso hacer un recorrido desde que la pareja se conoce y la dulzura de los primeros besos hasta la separación por la muerte de uno de ellos. Una colección llena de detalles, cuajada de rosas y jazmines y complementos de Raquel Bonilla y Benjamin Bulnes.

El broche de oro vino por parte de Javier García, enmarcado dentro de las agujas más innovadoras junto con su compañera de desfile, y trajo ‘Mi Cielo’ desde Estepa. Sus flamencas iban vestidas con la variedad cromática que el firmamento regala a lo largo del día, patrones y cuerpos elaborados en líneas retas, ricos canasteros y grandes volantes de capa.

Laura Liñán

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