Con los escaparates llenos de abrigos y bufandas y termómetros al borde de colapso resulta imposible pensar que un día podrá echarse mano de ellas.

En el sur pasa eso todos los finales de verano. Las andaluzas saben que las gallegas podrán ponerse una parca en pocos días, mientras que ellas ni se plantean sacar una rebeca a la calle.

Esto para muchas es un drama, porque tres meses vistiendo las mismas prendas termina por volverse aburrido. Aunque sacar la ropa de entretiempo todavía no es una opción. Por eso, la solución a la falta de entretiempo en Andalucía es usar ropa que sea atemporal, que no puede meterse dentro de ninguna estación y a la vez esté en todas.

Son las prendas comodín, que lo mismo valen para un conjunto fresquito y veraniego, que para marcar el inicio de una nueva estación.

Artículo publicado por Pilar Larrondo en Diario de Sevilla.