"Tenemos una forma de trabajar muy cinematográfica, cada proyecto suele tener un guión intrínseco, en el que el título es importantísima. Una vez lo escojo todo fluye", apunta el diseñador en el cuarto desayuno "60 minutos de moda con", celebrado en colaboración con la Asociación de Creadores de Moda de España (ACME).

Junto a Delfín han asistido a este evento la modelo y cantante Bimba Bosé, el director de cine Félix Sabroso ("Perdona bonita pero Lucas me quería a mí"), y el diseñador Pelayo Díaz, que se encarga de la dirección creativa de los accesorios de la firma 'Davidelfin'.

El diseñador malagueño habla de su trabajo en plural porque se considera "la cabeza visible" y "el motor del proyecto" conocido bajo el nombre de 'Davidelfin', una firma que nació hace una década en compañía de los hermanos Deborah, Diego y Gorka Postigo y la propia Bosé, y al que se ha incorporado recientemente Pelayo.

Delfín continúa poniendo toda su atención en la pasarela, pero poco a poco diversifica su campo creativo hacia nuevas líneas de negocio -ropa de bebé y de cama, gafas y accesorios-, y se imbuye en territorios creativos como el cine, un área que siente como suya acostumbrado como está a mezclar sobre la pasarela, moda, música, vídeo y artes plásticas.

El proyecto que está a punto de ver la luz es "Ruido", un cortometraje con texto de Félix Sabroso que se estrena mañana y para el que ha diseñado el vestuario de sus protagonistas, Leonor Watling y José Coronado.

No es la primera incursión de David Delfín en el séptimo arte, todavía puede verse en la gran pantalla el uniforme de tripulación que ideó para "Los amantes pasajeros" de Pedro Almodóvar, y el vestuario de las actrices de "Lifting", una pieza teatral también de Sabroso.

Acostumbrado a la libertad creativa que da la pasarela, el diseñador agradece "las limitaciones" de trabajar para este tipo de proyectos ajenos a su mundo creativo: "Cuanto más me limitan, más me excito, más me vengo arriba, más me da creatividad".

Y es que la moda "es algo más maravilloso que un mero diseñador", apunta Delfín, que no duda en señalar lo necesario y fundamental de trabajo y la actuación de fotógrafos, estilistas, costureras y, como no, compradores.

Su mayor lección tras una década bajo la lupa de la crítica y la prensa especializada es que "sin equivocación no hay crecimiento", y que "arriesgar es la única manera de crecer", señala uno de los diseñadores cuyo debut ha sido el más controvertido de todos los que recuerda la pasarela madrileña.

En aquel primer desfile, que define sin dudar como "traumático", puso a pasear a modelos encapuchadas y con sogas al cuello -tomando como referencia el surrealismo de Magritte y Buñuel-, en una puesta en escena que suscitó mucha polémica y copó las portadas de prensa especializada y generalista.

En aquellos comienzos ya le acompañaba Bimba Bosé, la modelo que siempre abre sus desfiles, y que en estos momentos es la mitad de la firma. "He aprendido muchas cosas de la elegancia y de ser sexy observándola", dice el malagueño, a lo que ella responde: "No me siento musa, este es un proyecto en el que he crecido mucho".

Un proyecto que ha aumentado su presencia en las redes sociales, gracias a Pelayo Díaz, y que comienza a poner sus mira en el extranjero -tienen un importante pedido para una tienda en Dubai-, un crecimiento por que obliga al Delfín a dedicar "solo un 20 por ciento" de su tiempo al diseño, el resto va a labores colaterales.

Con esta perspectiva y con un prometedor futuro, este todavía joven diseñador no duda en resumir y hacer balance de su carrera con una frase tomada del cine: "En esencia sigo siendo la misma", afirmaba Carmen Maura en "La ley del deseo".

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