Los colores cálidos hace mucho tiempo que dejaron de ser competencia exclusiva del buen tiempo. Los diseñadores rompieron la barrera cromática hace varias temporadas cuando en prácticamente todas las colecciones los colores pasteles empezaron a formar parte de nuestro vestuario otoñal. Gabardinas, jerseys de cachemir o abrigos oversize se dejaban llevar por la fiebre del color para darle a nuestros looks un toque inesperado.

La moda pasó de las pasarelas a las calles y pronto se convirtió en un indispensable perfectamente adaptado a la moda de a pie.

Si la temporada pasada el protagonista indiscutible era el rosa candy, este año el tono se recrudece y es el fucsia el que toma el relevo. Prendas de terciopelo, lycra o con apliques, pero todo en rosa.

Lo vimos en las colecciones de Hermès, Salvatore Ferragamo, que apuesta por los dos piezas en un mismo color combinado con zapatos y bolso también a juego. Además de ellos, Balenciaga, Óscar de la Renta o Zac Posen.

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Y atención a la combinación ganadora, porque son varias las marcas que apuestan por la mezcla de rosa y rojo frambuesa, creando un matiz inapreciable a simple vista, pero que crea una estética muy ochentera. Además, el azul klein, también aparece combinado en los maxi bolsos de Jeremy Scott.

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La suavidad del candy llega de igual forma a la cosmética. Labiales en tonos suaves protagonizan maquillajes donde también todo es rosa. Wappissima