¿Qué hemos llevado en 2012?

Las tendencias del año

Los colores flúor han sido  los grandes protagonistas del verano. Vestido neón en el desfile de Donna Karan.

Los colores flúor han sido los grandes protagonistas del verano. Vestido neón en el desfile de Donna Karan.

- Los locos y felices años 20. En tiempos de crisis, los gurús de la moda han rendido homenaje a la próspera y feliz década de los años 20 con patrones de líneas fluidas, cinturas bajas y detalles de flecos, encajes y pedrería. Vestidos estilo charlestón, collares largos de cuentas, sombreros, zapatos de salón, joyas ostentosas, maquillajes recargados y melanas "bob-cut" están de moda.

- El pijama. El patrón del pijama masculino, un "look" relajado y divertido que saltó con poderío y autoridad a las calles. Este modelo de aire distendido popularizado por Coco Chanel, se ha convertido en la prenda más deseada y no precisamente para dormir.

- El estilo barroco. La opulencia del barroco ha estado presente en el armario femenino. Vestirse al estilo de las zarinas ha sido posible gracias a la majestuosidad del dorado, los diseños curvilíneos, las blondas, las puntillas y la vistosa pedrería.

- La tendencia Gótica. Sobre el color negro se ha asentado el nuevo estilo gótico, una tendencia que ha confiado en el romanticismo de los encajes, en el poderío y la dureza del cuero y en la suavidad del terciopelo. Alzacuellos, calaveras levitas y capas han sido los pilares de esta mística propuesta que ha resucitado a una "femme fatale".

- La estética militar. Tendencia que se ha instalado en la calle bajo el mando del ejército de tierra. Este estilo, llamado "army girl", ha presumido de magnetismo y en él han tenido cabida parkas, gabardinas, faldas lápiz y trajes de corte masculino, prendas que han llevado a la mujer al campo de batalla.

- El modelo minimalista. La sobriedad también ha brillado de la mano del minimalismo, moda que prefiere la ausencia de adornos. Patrones limpios con cortes arquitectónicos y tejidos nobles ofrecen un concierto de prendas urbanas muy fáciles de poner, tintadas en blanco y negro.

- Los tonos flúor. Con la llegada del calor, se instalaron los tonos ácidos y frescos, una de las tendencias más estridentes de la década de los ochenta. Por suerte, este año llego con aires renovados y en pequeñas dosis, casi siempre de la mano de los complementos.

- El encaje. Durante años relegado a los vestidos de novia, el encaje ha vivido una segunda juventud envuelto en un espíritu bucólico, romántico e incluso bohemio, alejado de ese aura clásico y señorial que siempre le acompañó. Ha mostrado todo su poderío sobre las alfombras rojas más exclusivas, eso sí, en clave "cool" y con un toque sexy.

- Los colores pastel. Rosa empolvado, amarillo vainilla, verde agua, azul celeste, malva lavanda o naranja albaricoque han sido algunos de los dulces y tiernos tonos que ha endulzado la silueta femenina. Lejos de resultar tímidos y rozar la cursilería, estos colores se han mostrado tan luminosos que las grandes agujas les han dado su bendición para vestir a una mujer optimista y alegre.

- España inspira. Encajes, borlas goyescas, mantillas, volantes, chorreras, faldas a modo de capote y bordados sacados de los trajes de torero han estado de moda. Las pinturas del siglo de Oro español, la estética de los toreros y el folclore español han servido de inspiración a grandes modistos.

Mantones de Manila, capas, mantillas de encaje, siluetas goyescas, trajes de corto para pasear a caballo, trajes de luces, vestidos de gitana, capotes, peinetas, abanicos, pendientes y collares con filigrana decorados en coral han sido el denominador común de muchas de las colecciones que se han visto en las pasarelas más importantes.

Carmen Martín/EFE

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