Inquieto y con las ideas muy claras, David Delfín (Ronda, Málada, 1970) ha explicado a Efe Estilo que la pasarela madrileña es "su casa", un hogar en el que se siente muy "cómodo" y al que no acudió la pasada edición "porque necesitaba tiempo, necesitaba organizarme".

Consciente de que mucha gente mascullaba el cierre de su empresa o algún malentendido con la directiva de la pasarela madrileña, David Delfín sólo tiene palabras de agradecimiento para el circuito de moda de Madrid.

El modisto mira el presente, pero también el futuro. "No me gustan las atmósferas negativas, hay que hacer cosas nuevas para romper la rutina, para activar la economía". Y con esta filosofía, el diseñador ha declinado su colección Nowadays y ha sacado piezas de varios precios para llegar a distintos públicos.

Así, en la tienda de Elena Benarroch, hasta el próximo día 8 de noviembre, se pueden adquirir vestidos que parecen varias prendas superpuestas, cazadoras tipo "biker", vestidos con rosas rescatadas de los mantones de manila o sudaderas con dibujos de la bajara de póquer.

"Elena es muy generosa, disfruta prestando su espacio a otros diseñadores, le encanta que exista comunicación y tráfico de ideas", dice el "enfant terrible" de la moda española.

Delfín, que continuamente se esfuerza por hacer cosas nuevas, lanzará en breve una nueva colección de gafas. "Son piezas rotundas, realizadas con acetatos que imitan la maderas y los jabones de tutifruti".

Reconoce que está en un buen momento profesional. "Las ventas de la tienda 'on line' van muy bien, y además estoy muy ilusionado con la colección de sábanas que acabo de crear y con la elaboración del nuevo vestuario para la Compañía Nacional de Danza".

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